La receta es súper simple, necesitas: almejas frescas (almejas, berberechos o chirlas), copos de chili, ajo y perejil finamente picado.

Por supuesto, también necesitas un buen aceite de oliva y pan baguette para disfrutar la salsa que queda en la sartén; casi sabe mejor que las almejas.

El día anterior debes poner las almejas en un recipiente con agua y sal y dejarlos en la nevera durante la noche. Cambia el agua un par de veces y elimina el sedimento arenoso que liberan las almejas. Esto es muy importante, de lo contrario tendrás la arena en el plato después.

Seca las almejas con un trapo de cocina. Luego calienta una buena cantidad de aceite de oliva en una sartén y agrega las alemejas tan pronto como el aceite esté caliente. Saltea las almejas hasta que estén todas abiertas. Luego agrega el chili, el ajo y el perejil. Tan pronto como el caldo de almejas y el aceite de oliva se emulsionen y las almejas naden en una cremosa salsa umami, puede servirse. Como las alemejas son algo saladas de por sí, puedes evitar salarlas.

Me gusta preparar este plato en una sartén que pongo directamente en el fuego de una barbacoa. El sabor ligeramente ahumado del fuego se adapta perfectamente.